jueves, 7 de octubre de 2010

DE LA MÚSICA PROFANA A LA MÚSICA SACRA



Sin música, la vida sería un error
Nietszche

¿Dónde está la melodía que proporcione estabilidad espiritual, un estado sublime de conciencia y que se escuche por todo el universo a través de las eternidades, una melodía que sea capaz de permanecer aun cuando este mundo sea destruido y ésta siga perenne?

Considero a la música como lo más sublime y bello que existe, no creo que nadie la haya inventado; puesto que es algo que ha existido desde las eternidades, es como un lenguaje metafísico que muy pocos han podido comprender realmente. “Cuando nos despojemos del materialismo” podremos escuchar la música del universo que se ha escuchado por siempre dentro de las eternidades, la música vital que nos acercará a la divinidad.

Imaginen el poder de la música que ejecutaba Orfeo, cuando tocaba su lira, podía amansar a fieras salvajes de todo tipo, o el personaje que con su flauta está construyendo una torre y levanta piedras con las notas musicales, (en una pintura mística de Remedios Varo) o las trompetas que tocaron los Israelitas, cuyo sonido causó que se destruyeran las murallas de Jericó, o al flautista de Hamelín y sus hazañas con los roedores y los niños.

Creo que la música es magia y que tiene un alto poder en el inconsciente. Así como lo sublime y armonioso en la aristocrática música clásica. (Los rosacruces la consideran demasiado intelectual, con planteamientos erróneos y desprovistos de contenido), a mí me agrada aunque a mucha gente le resulte aburrida e incomprensible.

La música New age (de la nueva era) es mística y ecléctica, profana y pagana; apegada a la naturaleza y al panteísmo, es una alternativa muy sugerente para transportarnos a otras épocas y para romper ese hilo que nos sujeta a monótona cotidianeidad. Resulta increíble escuchar la voz de una sacerdotisa egipcia mientras toca el sistro o a un sacerdote de Bhrama ejecutando la cítara o a una pitonisa helénica o un bardo celta o un chamán mesoamericano ejecutando una melodía animista.

La música Jazz es rítmica y según los Lectorium Rocicrucianum atribuyen a esta música un origen lemur, ancestral y ya superado por nuestra conciencia.

La música tribal y del mundo me resulta tentadora y especial muy subjetiva y enriquecedora. Me fascina escuchar a los Masai cuando celebran sus danzas guerreras, igualmente los Mohicanos, los bosquimanos, aztecas y demás tribus y pueblos antiguos que han dejado su legado musical de la cual algunos etnomusicólogos están rescatando para nuestro deleite y una mejor comprensión de las culturas y su interacción con la divinidad por medio de la música.

La música sacra es la que han entonado seres celestiales en las eternidades salmondiando loor al más alto Dios. En nuestro plano terrenal es notable la música religiosa de origen  árabe, hindú, judío, u oriental; en occidente algunos iniciados la han ejecutado como el genial Bach, junto con la música gótica y litúrgica. Toda esta música es dirigida a Dios. (Canticos espirituales, salmos, kiries, Kontakia, troparia, hagios theos, himnos, villancicos y canto gregoriano)

1 comentario:

Calister dijo...

En las sagradas escrituras se lee que los ángeles, arcángeles, serafines, querubines y animales extraños no cesan de alabar a Dios.

¿Por qué en las imágenes de los ángeles casi siempre se les representa tocando las trompetas? ¿Serán los instrumentos más celestiales, junto con la lira?

Si Mozart fuera nuestro contemporáneo, seguramente tocaría la guitarra eléctrica.

Considero a Beethoven como el primer rockero-heavy metalero, su música se debe escuchar a todo volumen.

Si Bach viviera en nuestra época muchas religiones lo invitarían a tocar en sus ceremonias litúrgicas.

Si Beethoven, Mozart, Bach y Paganini formaran un grupo de rock, seguramente superarían a los Beatles.