martes, 5 de octubre de 2010

LOS OBJETOS IMPOSIBLES COMO UNA INTUICIÓN PARA EL CONOCIMIENTO


LOS OBJETOS IMPOSIBLES COMO UNA INTUICIÓN PARA EL CONOCIMIENTO
 
 
Tanto los inventos, como las creaciones son actividades discursivas que, en ocasiones, provocan dolor de cabeza. Igualmente cuando nos enfrentamos a problemas de todo tipo: matemáticos, lógicos, éticos-filosóficos, existenciales, simbólicos o  complejamente prácticos. Surge en nuestra mente (o en las mentes de algunos intuitivos) unas figuras extravagantes, unos “objetos imposibles” que simbolizan el problema al que nos estamos enfrentando específicamente en ese aquí y ahora, con una dificultad mental que limita la respuesta, a la solución; es una aporía una visión mental y fantasmagórica geométrica no euclídica.

Pero cuando damos con la solución, cuando encontramos la respuesta y gritamos ¡eureka! (como Arquímedes); este objeto imposible -que se interpone entre nosotros y la solución- se desvanece de nuestra mente como una burbuja de jabón, como una puerta que abrimos con la llave de nuestra inteligencia, de nuestra constancia, experiencia, perseverancia e intuición. Nos cede el paso y experimentamos una atorrealización, como cuando se logra una vocación, (un amor a la vida) y a ese algo que queremos alcanzar o llegar a ser.

Sin embargo, estas figuras escherianas y paradójicas, no solamente son una oposición y un dolor de cabeza, sino también son una revelación, una intuición y un problema que también lleva a la solución; que nos invitan a la reflexión, a la meditación, por esa razón el filósofo Isósceles (¿alguien lo ha leído?) discurría mucho sobre sus formas y su existencia hipotética de estos entes poliédricos.

Al igual que Isósceles, muchos hombres que han entrado al círculum de la historia los han intuido en sus mentes como un insight; y a la vez han sido iluminados por ellos como una luz de Dios, Verbigracia: En los Upanisads cuando descubrieron el “Om” se desvanecieron en el cielo una gran multitud de estas figuras. Lao Tsé cuando pensó en el Tao y en el ying yang. Buda, antes de lograr la iluminación. Platón los vio en el mundo de las ideas y experimentó la anamnesis, Arquímedes en su bañera, Newton sentado en el árbol de manzanas y el golpe de la poma le despejó la visión, Einstein -mientras iba montado en un rayo por el universo- los vio flotar, aparecer y desaparecer. Stephen Hawking observó que eran los únicos entes que podían escapar de los agujeros negros.

Como muchos o como pocos, debemos intuirlos, experimentarlos, objetivarlos en noemas para pensar en noesis y lograr expandir nuestro ser y nuestro entendimiento atravesando dificultades del existir.

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